Con una atención en el detalle llevada al extremo, la obra de Léonard Combier nos invita a explorar enormes laberintos gráficos realizados con tinta y POSCA en formato extra grande.

Año tras año, Léonard Combier construye este universo vertiginoso donde cada elemento parece estar conectado con los demás: monstruos fosforitos extrañamente simpáticos y cables entremezclados con una multitud de personajes “pastelizados”. Pese a la multitud de personajes, todo parece controlado: los espacios geométricos complejos, extravagantes y meticulosamente dibujados parecen sumarse para formar la imagen de un “Gran todo absoluto”, como si el artista quisiera competir en Internet creando una “red megabarroca” conectada a los sueños de su infancia y abierta a todos.