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Aurélien Jacob, Nono para los amigos

19.04.2024

Aurélien Jacob es una figura clave del surf bretón. Incluso si no es oriundo de la región, representa la ola del Golfo de Vizcaya a la Costa Armórica. Este afable monitor de surf es famoso en todo el mundo por su destreza y sus desafíos y aventuras extremas.
Su pasión es el mar, ya sea mar calma o revuelta, y a él le dedica todo su tiempo. Una vez se fue a Indonesia con sus amigos Ronan y Ewen a rodar la película de aventuras Des Îles Usions. Hablamos sobre la película y sus nuevos proyectos. Esta es la primera parte de una larga conversación telefónica…

¿Puedes presentarte en líneas generales?
Bueno, pues, mira, soy del este de Francia como mi padre es militar viajamos mucho, incluso vivimos en la Guayana Francesa y en la Reunión. Ahí es donde empecé a surfear, con 8 años. En 1995 llegamos a Bretaña y, desde entonces, aunque he viajado mucho, me he establecido aquí. He vivido en los cuatro departamentos de Bretaña. Así que llevo 22 años surfeando principalmente en esta región.

¿Cómo empezaste a surfear?
Tengo un padre triatleta, así que desde niño, con mi hermano, nos solía llevar a la piscina. Luego, en Guayana, pasamos mucho tiempo en la playa, y en Reunión vivíamos cerca de un spot de surf. Enseguida vi que había a un grupo de chavales de la escuela primaria que se pegaban todo el día juntos: eran surfistas. Formaban parte de un club. Fue fácil dar con ellos y tomar clases de iniciación. Jugamos en las olas con tablas de bodyboard y el día en que mi profesora me regaló una tabla de surf y cogí mi primera ola, tumbado, fue toda una revelación… Así que convencí a mis padres para ir los miércoles, sábados y domingos.
Una vez que lo has probado, no puedes dejarlo… Luego mi padre fue trasladado a Bretaña y, aunque el surf está mucho menos desarrollado mediáticamente y en infraestructuras, lo cierto es que hay muchas escuelas de surf y clubes. Pese al frío y al hecho de tener que ponerme el traje de neopreno, fue fácil seguir con mi pasión.

¿Cómo es surfear en Bretaña? ¿Qué caracteriza a esta región?
Bretaña tiene 2 800 kilómetros de costa muy accidentada: la costa norte del Canal de la Mancha, la costa oeste del Atlántico y la costa sur del Golfo de Vizcaya. Así que estamos bastante altos en el Atlántico para tener mucha depresión. Como la pesca y la navegación, el surf es bastante complicado por las mareas, las corrientes y los guijarros. En general, la costa francesa es muy lineal, pero en Bretaña hay spots sistemáticamente expuestos, que se saturan cuando el oleaje es demasiado grande o cuando el viento no va en la dirección correcta y el mar se agita creando olas muy difíciles.
Bretaña es una región bastante particular respecto al resto de Francia, en el sentido de que se puede surfear casi todo el año si se conocen bien los spots y sus características: el nivel del agua, las mareas, la corriente, la orientación del viento y del oleaje. En cambio, cuanto más bajamos hacia el sur de Francia, más se parece la costa a una hermosa autopista. Y en cuanto el viento y las condiciones empeoran no se surfea, se hace otra cosa… bueno, exagero un poco, pero más o menos… Si no te importa recorrer kilómetros, en Bretaña siempre puedes encontrar una ola aceptable y echarte al agua.

La búsqueda de la ola es diaria…
Sí, así es… Pero bueno, la huella ecológica de los surfistas bretones es menor [sonríe]. Por ejemplo, hoy, estoy en Lorient, voy a Loquirec, a dos horas en coche. Mañana por la mañana voy a hacer fotos en un spot secreto, luego vuelvo a casa… Pasas más tiempo en el camino que surfeando, pero en términos de calidad de las olas, merece mucho la pena…

Haber remado todo tipo de olas, ¿te ha permitido adaptarte más fácilmente cuando viajas?
Sí, es verdad. No me gustan las comparaciones, pero, por ejemplo, el País Vasco tiene reef breaks; las Landas, como en general toda la costa atlántica, beach breaks, así como en Bretaña, donde también tenemos muchos points breaks y reef breaks. Muchos spots son clásicos, con olas suaves y largas. También tenemos slabs, que son olas más fuertes, peligrosas, a ras de roca, con muy poca agua, olas muy técnicas. Así que, cuando viajas y te encuentras con olas sobre fondo de arrecife, te impresiona menos porque ya has remado reef breaks y sabes lo que te espera. De todos modos, empecé a surfear en spots con rocas y corales, así que cuando llegué a Bretaña, en las competiciones, por ejemplo, si había olas más huecas y violentas, me sentía cómodo, me asustaban menos, claro.

Con tus amigos Ewen y Ronan hiciste un viaje un tanto particular. Rodasteis la películaDes Îles Usions, que es muy impresionante. ¿Puedes contarnos algo más sobre este proyecto?
Des Îles Usions es el proyecto de tres ciudadanos que viven en armonía con la “sociedad”, con todo el confort que cabe esperar. Por ejemplo, es fácil coger el coche, ir a surfear, ir a la panadería, comprar para comer y dormir bien por la noche para estar en forma a la mañana siguiente, al amanecer. Y aunque el surf se considera un deporte muy cool, en realidad es muy físico, y el hecho de tener una buena calidad de vida te permite estar en forma y surfear mejor.
Con este documental queríamos saber si los tres, fuera de la sociedad, estaríamos tan cómodos en una isla desierta viviendo con nuestros propios medios mientras surfeábamos. Montamos el proyecto, pedimos ayuda a nuestros patrocinadores (a los que les estamos muy agradecidos y aparecen en el sitio web) para ir a Indonesia, con 120 kilos de material, paneles solares, fusiles de pesca submarina, tablas de surf, etc.Tardamos un mes en encontrar una isla desierta. Es muy difícil encontrar una isla desierta con buenas olas. Normalmente la población local no busca este tipo de olas, sino los surfistas extranjeros. Encontramos una isla con dos olas, una derecha y otra izquierda, y el objetivo era sobrevivir el mayor tiempo posible. De ahí el título de la película [juego de palabras en francés que significa “ilusiones”]. Queríamos quedarnos 40 días y 40 noches y le pedimos a un pecador que estaba a dos horas de la isla que nos acercara. Pero al cabo de 23 días estábamos muertos.
Y aunque logramos tener un poco de tiempo para surfear, el resto lo dedicamos a buscar leña, mantener el fuego encendido, excavar en busca de agua y purificarla, luchar contra los elementos, la lluvia y las tormentas eléctricas y, sobre todo, encontrar comida y prepararla, y mantenernos sanos, claro está…

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